Es increible como uno puede acostumbrarse a ser herido y decepcionado.
Es ese dolor, con el que te levantas y te acuestas, que no se va, que no se borra, que cada día se hace más grande, que nadie cura... Es ese vació tan grande que se extiende dentro de mi, la sensación de sentirse desgarrado íntegramente, todos los días...
Por que todos se van, me dejan sola, sin un propósito en la vida, atrapada en un mundo en el que no quiero estar, del cual no se escapar... Nada tiene sentido. Nada es lo mismo que antes. No hay nada...
La pena es eterna. No pasa, se convierte en una parte de ti, paso a paso, respiración por respiración.
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